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Las Cartas de Shamballa

VOLUMEN 19, Número 15                                                                                                   Abril 11, 1997

 

Amados chelas: 

De acuerdo con mi plan original este trimestre estuvo dedicado primeramente a la sanación de los miembros familiares inmediatos, especialmente concerniente a las relaciones personales. Sin embargo, Yo creo que hay algún trabajo adicional aún requerido dentro del cuerpo emocional de modo que focalizaremos la atención en los próximos siete días sobre este vehículo. 

Como muchos saben, esta muy importante parte del ser es la más grande de los cuatro vehículos inferiores. De hecho en realidad incluye dentro de sí mismo los cuerpos: mental, etérico y físico de modo que fácilmente pueden entender por qué su buena salud y perfecto balance es imperativo para cualquier desarrollo ulterior. 

Debido a que el cuerpo emocional, o cuerpo de sentimientos si lo prefieren, incluye a los cuatro vehículos inferiores, el cuerpo físico puede también responder a los varios estímulos emocionales con distintas sensaciones en la piel, tales como picazón, frío o calor, boca seca, incremento en la frecuencia cardíaca, sólo por nombrar unos pocos síntomas. El cuerpo mental puede entonces comenzar a trabajar horas extras deseando saber por qué el cuerpo físico está respondiendo de tal forma y trata de resolver cómo puede pararlo. El cuerpo etérico puede aún inundar el cuerpo mental con memorias de tiempos en que respondió de manera similar. Esto puede hacer que estas reacciones sean aún más pronunciadas de las que ya están o confiar en que ellas pasarán, ayudando a serenarlos. 

Como el cuerpo emocional puede tener efectos tan profundos en ustedes desearía ofrecerles el siguiente ejercicio para que lo consideren. Creo que pueden encontrarlo útil para aquietar el vehículo emocional. Cada vez que se sientan agitados y fuera de equilibrio por cualquier razón que fuese, silenciosamente, o si fuese necesario en voz alta, repitan las siguientes declaraciones: 

¡Cuerpo físico, aquiétate!

¡Cuerpo etérico, aquiétate!

¡Cuerpo mental, aquiétate!

¡Cuerpo emocional aquiétate! 

¡A través de mi Santo Ser Crístico le permito a mi Presencia YO SOY tomar pleno comando de mi ser externo para que yo pueda ser el Cristo en acción en todo momento

Cuando usen estas poderosas palabras vean y sientan ola tras ola de paz y serenidad que salen desde el propio centro de vuestro ser hasta los bordes externos de la propia aura y más allá, re-equilibrando las energías y retornándolos a la quietud del Gran Silencio. Luego, desde este sagrado espacio una vez más comenzarán a volverse la Presencia del Cristo y con cada emoción, pensamiento, palabra, acción, reacción y acto en este mundo cumplimentarán más ampliamente el divino plan individual. 

Al principio pueden necesitar repetir estas palabras con gran convicción muchas, muchas veces, para lograr los resultados deseados, pero después que ellas comiencen a trabajar, en el momento de la necesidad de usarlas son traidas a vuestra atención. Durante la próxima semana prueben este simpe ejercicio y luego observen los resultados, porque Yo creo que tendrán muchas oportunidades de usarlo en el próximo período de siete días. No obstante, desearía advertirles, por favor sean pacientes con ustedes mismos y con los otros, porque como fue compartido tan bellamente la última semana: “Con el intenso deseo de crecimiento espiritual ya no deben resistirse más a los muchos cambios que llegarán con esto”. 

MAESTRO HILARIÓN

 

 

 

 

 

 

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