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Las Cartas de Shamballa

 VOLUMEN 15, Número 7                                                                                                             Febrero 12, 1993

 

Mis Queridos Chelas: 

Juan les ha mencionado que el principio de Hermandad es inherente en cada sanación, ya que una bendición debe ser dada y recibida. Esto es verdad. ¿Cómo, entonces, damos el regalo de sanación a una corriente de vida no despierta que no ha evolucionado aún hasta el punto en donde la sanación se haya vuelto un deseo conciente? 

Una razón para que la sanación parezca que no se manifiesta más rápidamente, tiene que ver con el hecho de que una persona en necesidad de sanación es con frecuencia incapaz de perdonarse a sí misma hasta el nivel de la causa y núcleo del problema. Otra razón es que la sanación debe ser precipitada mediante un cambio de conciencia, las corrientes de vida no despiertas son particularmente sensitivas a los efectos de la conciencia de la masa, que actúa como para desanimar tales cambios. 

Las demostraciones externas de discordia son siempre el resultado del desequilibrio dentro de los cuerpos mental, emocional y etérico. Los momentums de energía que crea el malestar externo pueden siempre ser rastreados hasta estos tres vehículos. La sanación debe ser aceptada en los cuerpos mental y emocional antes de poder ser una manifestación física de la misma. Similarmente, la causa y núcleo en el cuerpo etérico deben ser transmutados o el desequilibrio dentro de los vehículos mental y emocional probablemente reaparecerá. 

En el conciente proceso mental y emocional del ser que requiere sanación, podrá algunas veces haber un deseo de aceptar la bendición de restauración. Sin embargo la causa y núcleo son más resistentes y los momentums de discordia que emanan desde ellos están con frecuencia profundamente atrincherados. Estos momentums pueden ser reemplazados mediante la pura Divina Energía a través del uso del Fuego Violeta. No obstante, la persistencia en la aplicación del Fuego Violeta es requerida a fin de crear el nuevo momentum que transmutará y reemplazará al viejo. 

Nuestros chelas pueden trabajar a niveles internos para efectuar una cierta cantidad de sanación, aún sin la conciente aceptación del regalo por parte de una corriente de vida no despierta. La clave es obtener el activo acuerdo de la Presencia YO SOY y el Santo Ser Crístico del individuo. 

Cuando trabajen para dar la bendición de la sanación – u otro regalo de Dios – la primera acción debería ser invocar la Presencia YO SOY y el Santo Ser Crístico de la persona o personas involucradas, para que trabajen con ustedes en el proceso de restauración. De este modo, la sanacion se convierte en un esfuerzo grupal – una verdadera expresión del Principio de Hermandad. 

Les recuerdo que comanden siempre la Luz a través de la Presencia YO SOY para el Santo Ser Crístico de la corriente de vida, antes que directamente dentro de los vehículos inferiores. El Santo Ser Crístico interior de cada persona tiene la sabiduría y el conocimiento para guiar las Sagradas Llamas de la Presencia de Dios YO SOY hacia los cuatro vehículos inferiores, en el modo e intensidad particulares que más rápidamente efectuarán la sanación para esa corriente de vida. 

Como Sanadores de la Nueva Era, los resultados serán tremendamente acrecentados si recuerdan preceder cada esfuerzo de sanación mediante el encendido de la Llama Violeta Transmutadora en, a través y alrededor de la persona o condición que les interesa. El Fuego Violeta actuará para aclarar el camino a la Luz que envían hacia esa situación, con frecuencia actuando sobre los cuerpos mental y emocional, de tal modo que la sanación pueda ser aceptada a un nivel más conciente. 

Cuando trabajen para traer sanación a los hermanos y hermanas en la familia del hombre, sepan que Yo envuelvo cada esfuerzo que hagan en la Divina Verdad. ¡Un día, en el no tan distante futuro, toda la humanidad será capaz de conocer esa Verdad en su plenitud y la Verdad los hará libres! ¡Mientras tanto, queridos chelas, sepan que YO SOY con ustedes en cada esfuerzo que hagan para sanar! 

Hilarión

 

 

 

 

 

 

 

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