3

Las Cartas de Shamballa

 VOLUMEN 11, Número 12                                                                                                     Marzo 21, 1989

Mis Amados Seres: 

Pueden saber que el Sagrado Foco de Shamballa en el Plano Etérico sobre Long Island es imitación del antiguo Templo del Espíritu Santo. La arquitectura  y gracia están más allá de la descripción de meras palabras. En el mismo día que el Sagrado Foco de Shamballa fue transferido desde su ubicación en el Desierto de Gobi, mi amado padre, el Santo Æolus, aceptó el Oficio de Representante del Espíritu Santo Cósmico para los siete planetas de este sistema y como son conocedores, Yo acepté el Oficio de Maha Chohan para el planeta Tierra. Ese día y esa Sagrada Ceremonia serán por siempre una parte de mi ser. 

Ese día, a la Tierra también se le dio un gran regalo, porque se decidió, mediante una especial dispensación de la Ley Cósmica, que al Foco de Luz del Amado Æolus le sería permitido permanecer en la Tierra y estar en este magnífico Templo pulsando en el Plano Etérico sobre el foco físico de Shamballa. Esta es una bendición para sostener en las mentes y en los corazones, mientras contemplan siempre con ustedes la gracia del Espíritu Santo Cósmico. ¡Sean siempre agradecidos por este regalo que se les ha dado… un centro corazón del Amor de Dios! 

Tanto Amor le ha sido dado a esta Tierra y a sus evoluciones desde las Octavas de Luz. El Espíritu Santo representa la naturaleza femenina de la naturaleza de Dios – la nutrición, envolviendo el Amor y Confort  de Dios por la vida en todas partes y la sensibilidad del espíritu para sentir y dar respuestas a las llamadas por cualquier necesidad, desde la más pequeña expresión elemental hasta las formas más elevadas manifiestas sobre la Tierra. 

Piensen, amados seres, como tanto es dado... ¡YO SOY llamado a ser la Presencia del Cristo! 

Sepan que YO SOY siempre agradecido por vuestro profundo deseo de ser un discípulo del Espíritu Santo – un verdadero representante del Amor natural de Dios. Dependo de ustedes y los amo. 

Paúl, el Maha Chohan

 

 

 

 

 

 

 

Siguiente cartas