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Las Cartas de Shamballa

 VOLUMEN III, Número 16                                                                                                     Abril 21, 1981

Amada Señora Nada 

Mis benditos hermanos y hermanas, yo fui privilegiada por estar en Shamballa para la Clase de Pascua y antes de retornar a mi Foco de la Transfiguración en África, deseo abrazarlos en mi pleno momentum reunido de Amor Divino.

 

Durante estos recientes días el entero Planeta fue saturado con la Esencia de la Transfiguración… el sometimiento de la conciencia humana a la Divina… que asiste a realizar la meta a la cual toda la humanidad debe aspirar o atestiguar en esta o futuras encarnaciones.

 

En el Día de al Resurrección la propia Esencia de esa Unidad colmó el Universo a través del Amor y la gloriosa Radiación del Amado Micah, el (Arc) Ángel de la Unidad. ¡Aquellos en el mundo ortodoxo experimentaron una acelerada radiación a través de su atención sobre el Maestro Jesús… y el Amado Moisés en la celebración de Cuaresma… una cercanía nunca sentida antes debido a la efusión de ese glorioso momentum del poderoso ángel de la Llama de la Unidad!

 

Los chelas que estaban compartiendo la Sagrada Comunión recibieron el Elixir de la Vida de Æolus, el Espíritu Santo Cósmico y del Amado Micah capacitándolos a sentir lo que el proceso de Transfiguración significa (y todos los chelas sintonizados con el servicio en sus respectivas localidades fueron también receptores de esa Esencia).

 

Mi propósito al comunicarme con ustedes hoy es ofrecerles mi momentum de Transfiguración, con la esperanza que puedan entender y aceptar desde este día en adelante lo que es el poder cohesivo del Amor Divino pulsando en el Corazón de Dios Madre-Padre (del cuál cada uno de ustedes es una célula) que sostiene alguna Virtud.

 

Mi Ser pulsa con el sagrado deseo de asistirlos a sostener el entusiasmo de la conciencia que están ahora disfrutando porque he atestiguado el así llamado “milgro” de la Unidad con vuestra Verdadera Realidad… y Yo permanezco así preparada y deseando ayudarlos a continuar sirviendo desde el lugar más recóndito de vuestro Ser… la Verdadera Realidad que toda vida debe un día expresar. 

 Señora Nada,

Jerarca del Templo de la Transfiguración

Monte Meru, Tanzania, Este de África

 

 

 

 

 

 

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