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Las Cartas de Shamballa

VOLUMEN II, Número 21                                                                                                   Mayo 20, 1980

Amado Maestro Jesús 

Un Día de Ofrenda a la Madre – Mayo 11, 1980

 

Pulsantes Células en el Corazón de la Divinidad, permítanme en este día dedicado a las Madres de la Raza distinguir a esa fuerte, hermosa expresión del Principio Madre de Vida, la Santa María, mi madre. Ninguna palabra podría describir la magnitud del Servicio a toda vida, en y fuera de encarnación, de esa Bendita Dama de Amor, Sabiudría y Poder.

 

Consideren el Amor y la Sabiduría que fueron manifiestos cuando la ley Cósmica determinó que ella era la única para venir a la Tierra en esa encarnación final a fin de nutrirme en su seno, para más tarde proveer la guía y el Amor a fin de asistirme a seguir en seguridad el curso que me era requerido tomar para poder lograr la Misión por la cual se me dio la encarnación. Yo me inclino reverentemente, con verdadera humildad, ante esa Santa Dama. Aún mientras Yo estoy escribiendo estas palabras de Amor y Gratitud la Amada María está de pie en la atmósfera sobre Shamballa abarcando con la Radiación de su Ser a todas las madres en encarnación en este plano Tierra. ¡Recuerden queridos seres, lo que la Amada María, Reina de los Ángeles hizo por mí al sostener el Concepto Inmaculado, Ella continúa haciéndolo por ustedes y por toda vida! Oh, gracias a Ella por el privilegio que ustedes disfrutan por su glorioso Servicio en esta particular faceta de Amor Divino.

 

Nosotros sabemos que este es un día en que los corazones de los hombres se vuelven a aquellos que los trajeron y hay una cierta dulzura, una ternura muy grande en evidencia. Ahora Yo desearía decirles acerca de la específica Actividad Cósmica que está teniendo lugar – la Amada María hoy está tocando los corazones, no sólo de las madres, sino de TODA VIDA. Ustedes saben que en vuestro largo curso de encarnación, en un tiempo u otro fue necesario aparecer en una vestimenta femenina a fin de completar vuestro mundo de sentimientos y dar específica expresión al Aspecto Femenino. Nosotros sabemos que en la Unicidad de la Divinidad están encarnados los aspectos masculino y femenino y aquí encontramos la Verdad de que no hay separación en la Vida.

 

Nosotros que moramos en los Planos Celestiales estamos siempre agradecidos cuando existe un día dejado aparte en el mundo externo para dar honor, para bendecir alguna parte de vida y así hoy la Radiación del Amor de Madre está fluyendo libremente. ¡Nuestra Santa Dama María está rodeada por una gloriosa Corte de Ángeles que en el comienzo de este servicio hicieron una exquisita presentación del Ave María en deferencia al Amor que tanto de la humanidad reconoce en la Señora María!

 

Al concluir esta actividad, ese Ser lleno de Gracia a través de la siempre expandiente Luz de Amor acunó esta Tierra en su seno y nosotros vimos este Planeta envuelto en un gigantesco Corazón Rosa – que será sostenido por un período de veinticuatro horas y la Hueste Angélica se ha comprometido con esto y continuará tocando los corazones de toda vida, ungiéndolos en la Unción de Amor Divino.

 

Cuando lean estas palabras, este día ya habrá pasado, pero a mí me parece probable que recordarán algún momento especial cuando sintieron la caricia del Amor de María y la Bendición de la Hueste Angélica. Nuestra querida Dama ha dicio que ella le dará a cada uno de ustedes una bendición adicional mientras leen este mensaje. ¡SIÉNTALO!

 

Ustedes saben que todos en la Jerarquía Espiritual están dirigiendo vuestra atención al Principio de la Unicidad de la Vida… y Yo deseo que conozcan y sientan el gran privilegio que tengo en este mismo momento como el Ángel de la Unidad, de enviar el Amor de mi Ser para amplificar la gloriosa Radiación fluyendo hacia toda vida. Yo estoy verdaderamente muy agradecido al poder tocar vuestros corazones a través del sensible Amor abrazando a todos en este día especial.

 

¡Oh Madre Amor “YO SOY” me inclino ante la trascendente actividad envolviendo a todo en este dulce Planeta!

 

Maestro Jesús

 

 

 

 

 

 

 

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