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Las Cartas de Shamballa

VOLUMEN 19, Número 5                                                                                                                      Enero 31, 1997

 

Benditos seres: 

Durante este primer mes del nuevo año, han trabajado diligentemente con la información dada. Yo amorosamente pido que esta semana focalicen la atención en la Llama de la Sanación de un modo ligeramente distinto. Permítanse tomar tiempo con frecuencia y aquietar la mente y entrar a la quietud del centro corazón para recibir la sanación pedida durante la primera semana de esta serie de cartas cuando primeramente tomaron nota de “… una situación difícil de naturaleza física…” en la propia vida. 

Comiencen a respirar profundamente y céntrense. Entren a ese sagrado espacio que con tanta frecuencia desean entrar y permanecer en todo momento. Sientan cómo todas las tensiones y stress abandonan el cuerpo físico. El interminable parloteo de la mente cesa con lentitud y, conciente y silenciosamente le piden a la Llama Verde de Sanación que haga su trabajo en ustedes. El vehículo emocional ahora se aquieta y serena mientras se abren plenamente a esta experiencia y dan permiso para que tenga lugar una verdadera sanación. 

De repente sienten que ya no están más solos, porque los ángeles en vestimentas de todos los tonos de verde los rodea – arriba, debajo y a cada lado de ustedes. Ellos han venido a compartir sus muchos regalos con ustedes. Extendiendo sus manos un amoroso ser de gran luz toma las vuestras y notan una profunda banda azul alrededor de su   vestimenta, un rayo de brillante luz azul entra a vuestra aura y son colmados con el pleno poder de la fe. Saben sin lugar a dudas que sí, serán sanados y los chakras en vuestro corazón, cabeza y plexo solar comenzarán a girar mucho más fácilmente.

Ahora se presentan dos seres angélicos vestidos en su mayor parte en violeta. Los toman en sus brazos y a través del poder del amor que les tienen, las cualidades de transmutación y perdón fluyen desde sus seres hacia ustedes. Esto les permite liberar en forma segura todo lo que haya sido parte de la manifestación de la aflicción en los vehículos inferiores. Todos los errores pasados y los de otros que han sostenido profundamente dentro por alguna razón, cualquiera fuese, son ahora disueltos sin esfuerzos. Esto lo pueden hacer sin emociones, excepto por la cualidad de gozo que aparece con toda y cada liberación, y comienzan a sentir el poder del amor que se expande por todo los vehículos inferiores. 

El cuerpo físico comienza a expandirse y se eleva hacia el cuerpo etérico cuando todas las memorias pasadas de una naturaleza negativa ya no los mantienen alejados. Estos dos cuerpos unidos como uno se expanden hacia el cuerpo mental, donde la mente ha estado esperando pacientemente que comenzara este tiempo de silente y permanente comunión. Tres de los cuatro vehículos inferiores ahora se han unido como uno y una vez más se expanden, esta vez para unirse con el cuerpo emocional. Sintiendo alguna resistencia, la mente invoca la Llama Violeta a fin de que se encienda y limpie el camino para esta sagrada reunión de cuerpo, mente, sentimientos y memorias.

Con el camino despejado, los cuatro vehículos inferiores se convierten en uno y al instante se elevan siempre más y se unen junto al Santo Ser Crístico, la Presencia YO SOY y el Cuerpo Causal – ahora plenamente integrado, reunidos con nuestro Dios Padre-Madre y capaz de funcionar perfectamente en el mundo de forma desde hoy en adelante.  Mientras esto tiene lugar, los chakras son ahora sellados en esta más elevada vibración. Esto, amados seres, es la sanación en su forma más perfecta y completa y a la cual cada uno de ustedes debe aspirar un día. ¡No tengan miedo! Esta tarea puede sonar insuperable ahora mismo, pero sepan que el mayor obstáculo en este proceso es el de renunciación, queridos chelas. Contemplen mis palabras esta semana y permítanse entregarse a este ejercicio con tanta frecuencia como deseen. 

HILARIÓN

Vuestro Amigo de la Verdad y Sanación