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Las Cartas de Shamballa

 VOLUMEN 17, Número 31                                                                                                                          Agosto 4, 1995

Amados seres: 

Es mi esperanza que hayan tomado los siete días pasados para considerar las palabras tan amorosamente dadas por el amado El Morya y sea de mayor entendimiento el rol que tienen en el Gran Plan Divino de Dios. Mucho se les pedirá a ustedes en el futuro y Yo quiero que sepan que cada uno se ha estado preparando bien para las tareas y, mientras las situaciones se desarrollen, mayor entendimiento les será brindado. Pero primero, en nombre de toda la jerarquía espiritual, deseo tomar un momento para agradecerles el amor, la dedicación y el continuo servicio durante todas las edades. 

Hoy, desearía compartir una experiencia que todos ustedes han encontrado en la vida. Todos y cada uno conoce a la gente que regularmente asiste a servicios de una específica religión organizada, aún a las clases de maestros ascendidos y ellos parecen ir sólo a recibir. 

Estos individuos van principalmente a escuchar las palabras de los así llamados líderes religiosos y gente santa. Ellos encuentran que esto se siente tan bien para bañarse en la maravillosa radiación que los rodea dentro de estas iglesias, templos y santuarios y esperan ser cargados con lo que ellos necesiten para enfrentar los muchos desafíos de la vida que encuentren hasta la próxima vez que retornen a ser refrescados una vez más. 

Consideren por unos pocos momentos el ejemplo de lo que tiene lugar durante una clase de los Maestros Ascendidos. A través de cada invocación, cada decreto, visualización y lectura  son dirigidos a usar la Divina energía para el bien de toda vida. Se les muestra cómo tomar esta energía, intensificarla con las propias personales cualidades Divinas y luego enviarlas a hacer este trabajo. Mientras están comprometidos en esta actividad, con frecuencia estarán aquellos que reclaman esta energía para ellos mismos, inconcientes de lo que está actualmente teniendo lugar. Ellos aún no han entendido y comprendido el efecto de que dando esta energía a otros aumentarán e incrementarán los resultados en sus propias vidas personales. 

Amados seres, estos benditos hijos de Dios no han sentido todavía resplandecer la chispa de la divinidad dentro de sus corazones, llenándolos con amor. Porque sólo entonces ellos reconocerán el ser divino de luz que verdaderamente son y podrán compartir sus regalos y bendiciones con toda vida a su alrededor. 

Como todos ustedes son conocedores toma tiempo saber lo que son, aceptar la propia fuerza interna y confiar en el impulso interno, luego compartir este conocimiento con otros. Está en ustedes mostrarles amorosa y pacientemente el camino. A través de ustedes, en la propia única forma de ser, aquellos que lleguen en contacto con ustedes comenzarán a entender plenamente lo que están compartiendo con ellos. 

Æolus, Santo Espíritu Cósmico

 

 

 

 

 

 

 

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