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Las Cartas de Shamballa

 VOLUMEN 15, Número 18                                                                                                     Abril 30, 1993

Amados Chelas: 

Antes de seguir con otros temas, hay un Principio Divino más que desearía discutir con ustedes. En las vidas diarias, el conciente uso de este Principio se volverá indispensable para la evolución personal y el trabajo que hacen para la Tierra. Es llamado el Principio de Renuncia. 

El Principio de Renuncia es la puerta mediante la cual el Amor, la Sabiduría y el Poder Divinos pueden fluir – a través del Cristo Interno y hacia toda la manifestación externa que los rodea. Esto requiere que ustedes abandonen cada presión, responsabilidad, decisión, problema e ilusión en manos de vuestro Santo Ser Crístico. El Cristo Interno es la única parte de ustedes que está completamente calificada para transmitir la Voluntad de Dios en el mundo de forma. Mediante el Principio de Renuncia, el Cristo Interno puede actuar a través de los cuatro vehículos inferiores. Ellos, a su vez, ascienden en vibración en una manera natural, sintonizados con la Sabiduría del Cristo. 

Vuestro Cristo Interno es la Chispa de la Divinidad que ha sido proyectada por vuestra Presencia YO SOY en el mundo de forma. Aquí, cada Divina Conciencia individualizada está para trabajar en el desarrollo de la naturaleza espiritual y utilizar los centros creativos de pensamiento y sentimiento a fin de convertirse en Maestro de energía y vibración. Para cada miembro de la raza humana, el viaje de regreso al Hogar comienza en serio cuando la personalidad externa de la corriente de vida se vuelve deseosa de dejar concientemente el control de la voluntad personal en las Capaces manos del Cristo Interno. Así, la voluntad personal se convertirá en Voluntad Divina, en cumplimiento del Divino Plan. 

Ustedes conocen la Ley que declara que una llamada por asistencia debe originarse en la octava en la cual es sentida la necesidad. Esta Ley es un resultado natural del Principio de Renuncia, porque una llamada por asistencia desde el mundo de forma es una conciente admisión, aunque breve, de que la voluntad personal es insuficiente en amor o poder, para ser capaz de controlar la manifestación externa. Por esta razón, a ningún Maestro u otro Ser Cósmico se le permite enviar Su momentum de Divina Luz al mundo de forma, excepto a través del Santo Ser Crístico de alguna corriente de vida encarnada. De lo contrario, la energía enviada con seguridad podría ser usada, eventualmente, para lo personal más bien que por la Voluntad Divina. 

YO SOY conocedor de que las enseñanzas internas de esta Actividad, que se les transmiten a través de estas cartas, algunas veces fijan metas de pensamientos, sentimientos y acciones que les parecen inalcanzables a nuestros chelas. En realidad, las responsabilidades que se les pide cumplimentar son insuperables si se intenta hacerlo con la conciencia humana. Vuestro Santo Ser Crístico, sin embargo, tiene toda la Sabiduría, el Poder y el Amor para poner estos planes en acción en perfecto Orden Divino, de acuerdo con vuestros propios talentos, regalos y habilidades especiales. La clave para tener éxito yace en el Principio de Renuncia.  

En este año de Iluminada Obediencia, el Maha Chohan nos ha aconsejado que ustedes deben consultar al Cristo Interno sobre los más pequeños detalles en la vida diaria. El Principio de Renuncia requiere esto, y más - porque después de pedir, es necesario que esperen y escuchen por instrucción, antes de actuar o reaccionar. 

Cuando primeramente comienzan a practicar este principio a un nivel conciente en todas las actividades diarias, es importante que sean pacientes con ustedes mismos. Una de las lecciones más difíciles para cualquier corriente de vida no ascendida es el arte de esperar por instrucción antes de realizar acciones en un sentido externo. El parloteo y conmoción del mundo de forma, da la ilusión de que la acción instantánea es necesaria y que no hay tiempo para malgastar. Esto también es una ilusión. 

Comiencen hoy, en este momento. Instruyan a los cuerpos inferiores: “¡Aquiétense y sepan que YO SOY Dios!” Pongan la atención en el Santo Ser Crístico y dejen todos los asuntos ante Él. ¡Luego, manteniendo la visión en el Corazón de la Presencia – esperen! Todo lo que necesitan saber será hecho claro, mientras aquietan la personalidad externa y pacientemente aguardan al Señor de vuestro Ser. 

Sientan mi Mano sobre el hombro, mientras caminamos juntos a lo largo de este sendero de Luz. Entiendan dentro del Corazón que la Vida es Sagrada – no menos Sagrada que Mi propia vida – porque ustedes son mis hermanos y hermanas. ¡No hay mayor verdad desde la Hermandad que esa que existe entre aquellos que comparten una causa común! ¡Yo los amo, queridos chelas! 

Vuestro hermano,

Juan, el Amado

 

 

 

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