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Las Cartas de Shamballa

 VOLUMEN 14, Número 1                                                                                                                          Enero 3, 1992

Amados Chelas, 

¡Bienvenidos a un Nuevo Año y a una nueva oportunidad! Es correcto y oportuno que Yo tenga el privilegio de escribirles en este tiempo de gran importancia en la historia del planeta Tierra, porque estas cartas representan una parte de la cumplimentación de Mis escritos de hace tiempo. Durante mucho del tiempo en que escribí los relatos de mi experiencia con el Maestro Jesús y otros discípulos, fui hecho prisionero en una isla. Las revelaciones me fueron dadas allí. 

Muy frecuentemente somos ubicados en situaciones y localidades que nos suministran la oportunidad de cumplir mayores partes de nuestros planes Divinos. Esto es con frecuencia, aunque no siempre, sin el entendimiento de la mente humana externa. Algunas veces éste no llega hasta mucho más tarde. Es importante que Yo comparta ahora este entendimiento con ustedes porque, en este momento, muchos están en una posición similar a la que Yo tenía en mi encarnación final en la Tierra. 

Muchos de nuestros amados chelas se sienten aprisionados de algún modo, no obstante el progreso espiritual, entendimiento y creencias que tan fielmente sostienen dentro de sus mentes y corazones. A cada uno que esté experimentando tal sentimiento le hablo hoy. ¡Yo los amo! Los sostengo en el abrazo del Amor del Cristo, que es ahora Mi completa expresión. ¡Después de la resurrección y ascensión de Mi amado Maestro Jesús, todos hicimos lo mejor que pudimos para propagar la palabra de salvación que Él nos había traído, las nuevas del Cristo dentro de cada corazón humano y la gloria final de la ascensión que sería nuestra! Eventualmente, debido a Mis creencias y enseñanzas, fui desterrado a una isla y hecho prisionero por el resto de mi vida terrena. 

¡Otros de los discípulos y seguidores de Jesús fueron castigados y privados de sus vidas en muchos modos tortuosos, convirtiéndos en mártires por la causa de la Nueva Era de la Cristiandad que eventualmente emergía. Yo fui simplemente desterrado, sacado de la vida y tuve que resistir todo lo que un castigo trae. Hubo veces cuando creía que era menos afortunado que los otros, porque ellos fueron liberados del plano mortal hacia los planos mientras Yo permanecía sin nada salvo las noticias de ellos, las cuales de algún modo le llegan a uno a pesar del aislamiento. Allí, aislado de todo los demás aprendí la verdad de lo que mi Maestro enseñaba cuando decía que, ¡aunque sean prisioneros o esclavos, pueden ser libres! 

En ese desolado lugar solitario, no tuve nada salvo el tiempo. Incapaz de ayudar a los otros o de comunicrame con ellos en una forma abierta, mi soledad y separación en realidad se convirtieron en la bendición que me volvió totalmente al interior. Me reunía con el Maestro dentro de mi corazón, mi propia Sagrada Presencia YO SOY y tuve el tiempo para escribir las revelaciones que fueron dadas, cumplimentando así Mi propio destino divino. Muchos ahora leen e intenan interpretar eso que fue dado entonces, y legítimamente así, porque esta es la historia del cumplimiento de la Era Cristiana. 

Ahora, amados Discípulos del Cristo Interno, YO SOY con ustedes y permaneceré con ustedes hasta la Nueva Era de Libertad Espiritual, para toda la humanidad esté plenamente establecida y funcionando. ¡Esa es la promesa que hice para cumplir la misión que me dieron hace tan largo tiempo, desde el Ser Sagrado que en ese entonces me confió esto! En Paz y Amor,

YO SOY Juan, el Amado 

 

 

 

 

 

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