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Las Cartas de Shamballa

 VOLUMEN 13, Número 48                                                                                                           Noviembre 29, 1991

Mis Amados Co-servidores en la Luz:

Durante todo el mes de noviembre han estado recibiendo el elevante poder y radiación de la llama de la Ascensión del Templo del Amado Serapis Bey en la Ciudad etérica de Shamballa sobre Long Island. Donde sea que haya un foco de la gran Llama de la Ascensión, la actividad y elevante poder han sido intensificados y expandidos, hasta que el efecto fue de una tremenda red de radiantes estrellas. Sus rayos se han conectado para formar una red de apoyo de pura Luz blanco cristalino, rodeando completamente a la Tierra.

Desde Shamballa, donde el Templo Central de la Llama de la Ascensión está ubicado, poderosos Rayos de Luz salen en todas direcciones. Estos se conectan con los Rayos de Luz que son proyectados desde otros Templos de la Ascensión, tales como el que está en las Ciudades de San Juan, uno en Sud América, uno en Luxor y otros en un número de estratégicas posiciones alrededor del planeta.

En donde haya un chela de Luz sobre el planeta, o un grupo que esté sinceramente trabajando por la purificación y ascensión de la Tierra, puede ser formado un foco de la Llama de la Ascensión sintonizándose con los Rayos desde los Templos de la Ascensión. El alcance conciente de estos chelas atrae la respuesta a través del servicio que prestan al planeta en donde estén ubicados. El Amado Serapis Bey y su hermandad reciben e intensifican tales ofrecimientos. En retorno, ellos proyectan Rayos desde sus templos parea anclar focos de la Llama de la Ascensión en la sustancia física de la Tierra en aquellos puntos. Desde tales focos, mayores o menores, son formados redes de Luz de la Llama de la Ascensión.

La visión desde el espacio exterior sobre la Tierra es como el de muchas estrellas brillantes con rayos de luz emanando desde ellas en toda dirección. Los chelas han formado pequeñas estrellas y estas se conectan a los rayos de las grandes estrellas formadas por los Templos de la Ascensión aquí y allí alrededor del planeta.

Imaginen una alfombra de estrellas enrollada alrededor de la Tierra. Algunas son grandes y brillantes con enormes rayos saliendo desde ellas en todas las direcciones. Alrededor de las grandes estrellas hay racimos de estrellas más pequeñas con sus propios rayos en contacto con las estrellas más grandes. En otras áreas abiertas del espacio, muchos titilantes puntos de luz son visibles, sólo comenzando a enviar ocasionales estallidos de rayos luminosos.

Es hermoso y nos dice de inmediato que hay una poderosa red de amor y luz establecida alrededor de la Tierra, dese la cual toda la humanidad puede atraer sustancia de luz y nutrición espiritual cuando es requerido.

Ahora, mientras el Templo de la Ascensión está abierto en Shamballa, los colores vistos en el Cosmos son de pura Cristalina Blanca Luz. Cuando los otros Retiros de los Maestros Ascendidos están abiertos, como el de Miguel en Canadá o el Templo del Fuego Violeta sobre Cuba, los Templos forman un diferente patrón de rayos. Esto está basado en sus distintas ubicaciones en el plano etérico. Los templos aparecen como estrellas azules o violetas, emanando desde ellos Rayos de Luz en el mismo tono.

Este es el patrón de los rayos de luz, o puentes, sobre los cuales la Jerarquía y sus hermandades dirigen sus cualidades al plano Tierra. Esta tremenda red de energía es poderosa más allá de vuestro entendimiento. Es un sistema muy eficiente y explicará por qué  - nuestros chelas – son tan necesarios como los transformadores de bajada de Luz Cósmica en el plano físico. Vuestra elevante conciencia crea los puentes desde la Tierra hacia estas grandes redes, o rejilla de energía. Vuestros decretos pueden luego atraer todo lo que es requerido desde los retiros de los Maestros Ascendidos ubicados alrededor de la Tierra.

Ponderen esta información e imagínenla claramente en vuestras mentes durante la meditación. Es muy fortalecedor hacer así. YO los envuelvo en mi Luz y Amor.

Juan, el Amado

 

 

 

 

 

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