VOLUMEN 9, Número 13                                                                                                                      Marzo 31, 1987

El Morya 

Saludos, Mis Amados Amigos de las Edades, Yo los Amo. 

Aquiétense, mis Amigos, aquiétense y sientan la sagrada llama interior que se expande en un gesto de total sumisión al Universo y a la Voluntad de Dios “YO SOY” lo que “YO SOY”. Sientan la PAZ que trae el Silencio, y la FORTALEZA que QUIETAMENTE TRAE. Aquiétense y SEPAN que “YO SOY” DIOS. Tomen tiempo para ser Sagrados y experimenten esa gloriosa fusión de la conciencia con la superconsciencia, hasta “YO SOY” lo que “YO SOY”. 

Dios está en su Santo Templo. Conozcan esa Verdad, plenamente conocedores y sientan los cuatro cuerpos inferiores aquietados por esa Presencia. Sean plenamente concientes del suave flujo y reflujo del Santo Aliento, la Sagrada Respiración del Espíritu Santo que los vincula con la Divina Madre. Conozcan el Espíritu sagrado hasta la exclusión de todo lo demás, plenamente concientes, de modo que cuando el Amanecer despierte, y las gotas de rocío se deslicen silenciosamente en el centelleante mar, ustedes puedan fusionarse con el mar de Eterna Felicidad, envueltos en Puro Amor Divino, un Maestro de Amor caminando la dulce Tierra. 

Es el Divino Edicto que todos los hombres puedan convertirse en Maestros de Amor en su verdadero sentido y recordar que no hay corriente de vida en todo el Gran Universo de Dios que no sea de alguna forma un Dispensador del Divino Elemento del Amor. 

El Morya