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Las Cartas de Shamballa

VOLUMEN 9, Número 17                                                                                                                      Abril 28, 1987

 

El Morya 

Saludos, Mis Amados Amigos de las Edades, Yo los Amo. 

¡Qué belleza adorna vuestro amoroso Planeta en este tiempo del año! ¡Qué suprema belleza! Como una madre acuna a su hijo en sus brazos, cerca de su pecho, así hace la Madre Naturaleza, a través de la lluvia y el aire, a través de la tierra y el sol, acuna y entibia y cuida la pequeña semilla hasta que llega a su plena floración. Miren alrededor  y verán. Miren más allá de lo que pueden ver con los ojos físicos y VEAN LA BELLEZA DE LA VIDA, LA UNICIDAD DE TODA VIDA. 

Y así es con la Sagrada Llama dentro del propio ser. No pueden dar espasmódicamente vuestro amor y nutrición, cuidándola, y nutriéndola sólo cuando ocasionalmente piensan en ella, porque es la CONSTANCIA  del cuidado amoroso lo que la trae a su plena fruición, hasta que ustedes brillen ante todos los hombres como una Viviente Catedral de Resplandeciente Luz, irradiando silenciosamente la belleza que mora en el interior. 

Y así como la primavera ha retornado y la lluvia ha caído para mojar la tierra, permitamos todos SENTIR la unicidad de toda vida. Permitamos SENTIR y CONOCER la promesa de la Nueva Era de Libertad Espiritual que es un resplandor violeta en el horizonte. 

AMEN y NUTRAN la Sagrada Llama interior del propio ser. AMEN y NUTRAN la Sagrada Llama interior en toda vida. Permitan que sea ETERNAMENTE PRIMAVERA en vuestro corazón. 

Es el Divino Edicto que todos los hombres puedan convertirse en Maestros de Amor en su verdadero sentido y recordar que no hay corriente de vida en todo el Gran Universo de Dios que no sea de alguna forma un Dispensador del Divino Elemento del Amor. 

La Divina Luz del Amor brilla desde vuestro corazón y desde vuestros ojos. Los amo, y mi servicio es ayudarles en el viaje de retorno al hogar. PIDAN y RECIBIRÁN. 

En Divino Amor

“YO SOY” El Morya