VOLUMEN 8, Número 5                                                                                                                                                   Enero 29, 1985

Señora Sengen Sama

Sean gentiles y compasivos, unos con otros, porque la cara sonriente con frecuencia oculta un corazón sufriente, sobre el que ustedes no saben. Con frecuencia han pensado: “Si sólo hubiese sabido, ¿podría haber sido más bondadoso?”

Penosa es la silente compañía de muchos de vuestros compañeros viajeros y una suave, amorosa palabra y serena radiación de amor compasivo sanarían ese corazón quebrado sobre el cual ustedes no conocían y al hacerlo así desarrollarán dentro de esa alma la sabiduría que llega de entender el sufrimiento del mundo de forma. Escuchen los clamores de vuestros compañeros, aunque sean silenciosos, y permitan que un manto de compasión los envuelva e irradien desde el centro de vuestro ser para ser una calmante  influencia  en toda vida, en todo momento.

Los hijos de la Tierra son, cada uno, maravillosamente únicos, cada uno con sus propios gozos y cada uno con sus propio dolores y para ningún hombre el sendero de la encarnación terrena es fácil – a pesar de lo que ustedes puedan pensar. Pero TODOS los dolores tienen el potencial de ser transmutados en PURO GOZO de acuerdo con la Ley Cósmica de la Polaridad y les pido que trabajen íntimamente conmigo, invóquenme con frecuencia, para que los ayude a sanar los cuerpos emocionales de aquellos a quienes les tocan el borde de vuestras vestimentas. Juntos, trabajemos mano a mano para realizar la liberación de la familia del hombre a través del Amor Compasivo que llena cada corazón humano, descubriendo la Pura Tierra de Ilimitado Esplendor e Infinita Luz.

Los amo y les pido que vean sólo la belleza en aquellos a vuestro alrededor, porque como ustedes los vean, así se volverán.

“YO SOY” Sengen Sama