VOLUMEN V, Número 28                                                                                                             Julio 12, 1983

 Señor Lemuel

Qué poco entiende la humanidad a la vida elemental, desde la más diminuta expresión hasta sus poderosos superiores – los devas y los Señores de los Elementos, los poderosos Devarajas. 

Oh, sí, ustedes les hablan, los invocan y ellos responden. Ellos responden a los más ligeros pensamientos que llegan a su camino, pero consideren a un hombre que tiene el conocimiento de los cuatro elementos, y que maneje a los poderosos Devarajas. Cuando piensan de Seres de gran poder, la gran estatura que es suya y el control de fuerzas de los cuatro elementos – Tierra, Fuego, Aire y Agua – es a ustedes, los chelas, que Yo hablo porque les suplico que aprendan a amar a los más diminutos elementales y tengan reverencia por su servicio. Ellos les sirven a ustedes obedientemente y si no tuvieran los cuatro elementos de la Tierra, el Fuego, el Aire y el Agua que componen vuestro ser, no tendrían un cuerpo en el cual funcionar en este planeta. Sí, ustedes invocan y les hablan a los elementales a veces, pero con cada aliento deberían entender que este Reino les está sirviendo. Ustedes, que se supone ser un desarrollado compuesto de todos los cuatro elementos- DEBEN HACER MÁS. Tienen una deuda, como uno hace un pago por un servicio rendido y piensen en aquellos grandes poderosos Devarajas que son los Seres Divinos, los Señores del Reino Elemental, lo que ellos hacen, no sólo para este planeta, sino para toda vida sobre él. 

Miren. Eleven los ojos, miren el cielo, vean la hermosa formación de nubes viajando a través del aire en obediencia al comando de los elementos. ¿Por qué piensan que las tormentas tienen lugar? ¿Por qué hay excesivas expresiones tales como inundaciones, tornados, etc.? Porque la DISONANCIA LLEGA DEL HOMBRE. El Hombre, ese pequeño ser, que piensa que es tan grande, tan superior, pero es sólo un pequeño elemento sin haber aprendido a controlar o respetar el servicio que se le da tan libremente. ¿Qué sucedería si los poderosos señores de los Cuatro Puntos Cardinales no usaran constantemente su tremendo poder para sostener la vida? Ustedes piensan que les hablan a los Devas y a los Ángeles en una manera de amor y respeto, pero les aconsejo que vayan profundamente dentro del centro de vuestro Ser “YO SOY” y piensen, piensen ¿dónde estaría la vida? ¿Cómo podría existir el hombre si no fuera por estos deseosos, obedientes componentes de vuestros vehículos al comando de vuestros pensamientos y sentimientos? 

Esta no es una clase. No intento hacerlo así de ninguna manera sino sólo la contemplación de Uno que sirve con el Reino Elemental, el Reino Dévico, que ve lo que podría ser hecho y eso de lo que ustedes son capaces y que he venido en este momento para asistirlos. Quiero que piensen en estos pocos comentarios que les he dado, porque este consejo es dado a ustedes en respeto a la latiente Llama dentro de vuestro Ser “YO SOY” 

SEÑOR LEMUEL, JERARCA

DEL TEMPLO DE LA FUERZA Y BALANCE DÉVICOS.

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