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Las Cartas de Shamballa

 VOLUMEN 20, Número 46                                                                                                             Noviembre 12, 2001

Amados Seres: 

Como han estado trabajando, individual o colectivamente, con la Llama de la Precipitación y los regalos de divino suministro y abundancia, antes de hacer algo más, tomen unos pocos momentos y usen la afirmación de más abajo, enviando ahora estos regalos hacia toda la humanidad. 

¡YO SOY la Resurrección y la Vida del omnipresente suministro y abundancia de nuestro Dios Madre-Padre, que, a través de la armonía de mi verdadero ser, yo ahora libero en el mundo y asuntos de todas las hermanas y hermanos en mi familia humana! 

Mientras hacen esto, amados seres, recuerden que cómo esta abundancia se manifieste en los mundos de todas las hermanas y hermanos depende totalmente de cada uno de ellos, de cómo piden y también de cómo son capaces de recibir esos grandes regalos. El nivel de su desarrollo y el plan divino de todos los involucrados permitirán que los regalos de suministro y abundancia se manifiesten de muchas formas distintas. 

Permítanme usar lo siguiente como un ejemplo: Hace mucho tiempo, Yo caminé el sendero terreno con el amado El Morya. Durante este específico tiempo de vida ambos trabajábamos duro con las Llamas de la Precipitación para manifestar diversas cosas que deseábamos en nuestras vidas. Cuán bien recuerdo aún hoy aquellas discusiones donde Morya, en su propio inimitable modo me dijo: “… ¡Hermano, no gastes tiempo en detalles preguntando cómo y por qué, en cambio sólo pide lo que quieres! ¡Mírame! Todo lo que deseo es gran riqueza y tú y yo sabemos que lo conseguiré. ¡Nada más me importa!” 

¡Bien, pueden imaginarse lo que pasó! Casi milagrosamente, mi propio hermano del primer rayo adquiró una gran casa, finos muebles, cantidades de servidores, grandes manadas de camellos y caballos y mucho más. Desafortunadamente, Él nunca adquirió fondos para mantener y sostener lo que había pedido y perdió todo. De hecho la misma lección fue traída a su atención una y otra vez. Yo, por el contrario, era muy específico en lo que tan duro trabajaba para manifestar. Cuando desarrollé mi habilidad, fui capaz de vivir una buena vida sin pesares.

Amados chelas, comparto esta historia con ustedes no para desanimarlos sino para recordarles, que como con muchas cosas en la vida, hay principios divinos a seguir, y lo que desean puede llegarles de muchas maneras diferentes. Recuerden, todas las cosas llegan a aquellos que esperan – sirvan al Señor. Actualmente la habilidad de manifestar es bien fácil de alcanzar. ¡Es la maestría de esta habilidad lo que no lo es! 

Kuthumi

 

 

 

 

 

 

 

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