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Las Cartas de Shamballa

 VOLUMEN 20, Número 19                                                                                                                          Mayo 7, 2001

Mis amados chelas: 

Yo creo que debemos hacer una pausa para repasar algunas de las enseñanzas que hace algunos años he ofrecido a los estudiantes de los Maestros Ascendidos a través de esta Actividad de Luz. Es ahora tiempo de trabajar un poco dentro de la quietud y serenidad del Gran Silencio y expandir vuestras habilidades en esta área del desarrollo espiritual. Para aquellos que han trabajado previamente con esta información, este repaso puede servir para expandir la propia habilidad a fin de trabajar dentro del silencio del corazón. Abran las mentes y los corazones a mis mensajes, amados seres, porque mis palabras son tan verdaderas ahora como lo fueron entonces. 

“…¡El Gran Silencio es el lugar de reunión de los Maestros y el camino de entrada al propio Corazón de Dios. Dentro del Gran Silencio, los misterios de las eras les son revelados a la mente del hombre y la Llama del Divino Principio envuelve a todo dentro de Sí misma!”

“La relación entre una corriente de vida encarnada y su Santo Ser Crístico, comienza con el arte de la contemplación. Yo lo llamo un arte porque debe ser diligentemente aplicado y practicado hasta el momento en que puedan llevar una parte del Silencio con ustedes en todo momento y en todas las actividades del mundo de forma. ¡Mi amado Amigo y Maestro, Dwjal Khul, se ha referido a esto como el Manto de Quietud, y así es!”… Cuando vistan este Manto, sabrán cuándo hablar y cuándo permanecer en silencio, cuándo actuar y cuándo esperar. A medida que continúen pasando tiempo en el Silencio en forma regular, llegarán a conocer todas las cosas, porque el gran Silencio unifica al hombre manifesto y al Cristo Interno, de modo que todas las acciones procedan de la Sabiduría de la Mente Divina. 

Comenzando hoy y todos los días durante la próxima semana, desearía que dispusieran de diez minutos para practicar la quietud. Encuentren un lugar calmo, un lugar de armonía y confort. Siéntense en una confortable posición. Cierren los ojos y aquiétense. Practiquen aquietando los pensamientos, los sentimientos y las memorias. Practiquen aquietando las demandas del cuerpo físico. ¡No busquen experimentar nada excepto la quietud! Esto puede sonar simple para algunos de ustedes y difícil para otros. Sin embargo, desearía que practicaran la asignación como es dada, sin tener en cuenta si ya están acostumbrados a más largos períodos de meditación. Dejen a un lado todas las nociones preconcebidas y procedan. ¡Los amo, mis amados chelas! ¡Ahora, comencemos!” 

Kuthumi

 

 

 

 

 

 

 

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