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Consagración a través del Santo Aliento

     Los distintos aromas de los capullos de la estación nos guían a focalizar la atención en la alegría del Santo Aliento. Concientes del mismo, aquietamos nuestro ser, permitiendo que los regalos de protección y purificación de Dios, se expresen  plenamente a través de los siete vehículos. En este purificado estado, percibimos más  claramente a nuestro amado grupo de ángeles de apoyo para las tareas y a los elementales. Ellos están entretejiendo una esfera de luz alrededor de nuestro sagrado corazón. Cada ángel y elemental añaden su color, desde el rayo en el que sirven. Somos invitados a mezclar nuestros colores con los de ellos, mientras la esfera crece más y más brillante, con una radiación madre perla, dentro de la cual giran todos los colores del arco iris en hermosa armonía. 

     Los colores se intensifican en brillo con cada conciente respiración, atrayendo a través nuestro la perfección de Dios. Esta perfección luego se ancla en nuestro centro corazón, expandiéndose a través de los cuatro vehículos inferiores y finalmente proyectando estas bendiciones de nuestro Dios Padre-Madre, a Shamballa, a todos los focos de luz, a todas las corrientes de vida en la Tierra, a nuestro Sistema Solar y al entero universo. 

     Con nuestros cuatro vehículos inferiores purificados por el Santo Aliento, sentimos un añadido surgir de amor y luz. El Amado Arcángel Rafael y la Amada Madre María ahora nos invitan a unirnos en el Templo de la Resurrección y Consagración. En un poderoso rayo de luz somos llevados para unirnos a los ángeles de la sanación, para que nos guíen al Templo de la Resurrección. Durante nuestro viaje, los ángeles nos cuentan que este Templo está ubicado en el plano etérico sobre Tierra Santa, donde forma un foco espiritual para la magnífica Llama de la Resurrección. Esta llama es la esperanza de redención para toda vida que ha temporariamente perdido el natural ritmo y armonía de la Divina expresión. 

     Mientras nos aproximamos notamos que el Templo es circular, formado por muchos patios que rodean la sala central de la Llama, donde el Corazón de Fuego Sagrado de la Resurrección está focalizado. Nuestros guías angélicos, ahora nos explican que el grado de maestría y luz, logrado por cada hermano y hermana que pertenecen a este Templo, determina cuán cerca del santuario central, del Santo de los Santos, ellos pueden estar. El poder de la llama es tal que sólo los Seres Ascendidos pueden permanecer en su presencia. Sin embargo, muchos chelas ocupan las cámaras externas, y gradualmente, a través de la proximidad e individual aplicación, se preparan para aproximarse, más y más, al centro corazón donde mora la focalizada llama. 

    Cuando entramos al Templo de la Resurrección, rodeados por nuestros guías angélicos, el Arcángel Rafael se une a nosotros en una de las cámaras externas y nos ofrece la oportunidad de re-consagrarnos a Dios, guiándonos en esta ceremonia: 

     Vean fluir la luz desde el corazón del Universo, animando cada uno de los cuerpos internos. La mente y el  cuerpo están ahora recibiendo estas divinas ideas del Padre:

 

     vuestros sentimientos, para irradiar lo que es útil, constructivo y bueno;

     vuestro cuerpo etérico, para registrar sólo la perfección;

    vuestra vestimenta de carne, para manifestar salud y armonía;

    vuestros ojos, a través de los cuales Dios Mismo pueda ver  la perfección,

     y ustedes, ver la oportunidad de bendecir a toda vida;

     vuestros oídos, para escuchar las armonías de la luz interna, la voz del maestro,

     y el  llamado por asistencia de vuestro prójimo;

     vuestros labios, para formar palabras que llevan esperanza, fe

     y la confianza del cielo, hacia las conciencias que están atadas;

    vuestras manos, para sanar;

    vuestros pies, para caminar sobre el sendero dirigido por el

    Dios Universal que los hizo;

    vuestro corazón, para ser un cáliz de fuego sagrado;

    vuestro entero ser, consagrado y dedicado al

   servicio de Dios.

 

     Ahora sientan la radiación de la Llama de la Resurrección penetrando vuestro ser – mientras acelera la acción de la luz dentro de las células del cuerpo, permitiendo que la luz interna arroje toda apariencia de limitación y permanezca revelada en la Gloria que tuvo con el Padre, antes que el mundo fuese. Sientan la sustancia de la Llama de la Resurrección fluyendo ahora a través de los cuerpos internos, ofreciéndoles una completa sanación. 

     Ahora experimentamos una gran sanación teniendo lugar dentro de todos nuestros vehículos inferiores, mientras la Madre María se une al Arcángel Rafael en la consagración y sanación. La Madre María ahora está ante ustedes y gentilmente coloca sus manos sobre vuestra cabeza, luego suavemente sobre vuestros ojos y oídos, después toca vuestros labios, luego, tomando vuestras manos, se inclina ante vuestra presencia, y arrodillándose lentamente bendice vuestros pies, que caminan el sendero de Dios. Finalmente, la Madre María, permanece de pie ante ustedes con sus manos en vuestro corazón – y los bendice – como un sagrado cáliz del Santo Padre. ¡Ella ahora considera que todo vuestro ser está consagrado y dedicado a Dios! 

     Después que esta gloriosa ceremonia en el Templo de la Resurrección ha finalizado, nuestro Ángel guía nos dice que es tiempo de volver al hogar. La Madre María y el Arcángel Rafael nos dicen adiós mientras salen de la cámara. Nosotros salimos, sanados por las manos sanadoras de la Madre María, nuestras vidas re-consagradas por el amado Señor Rafael, y el pleno conocimiento de nuestro puro estado Divino es resucitado permanentemente en todos los niveles de conciencia de nuestro ser. ¡Cuán humildes y agradecidos estamos por poder percibir tan plenamente la gloria de Dios creada a través nuestro y de toda vida! ¡Ahora estamos, y prometemos permanecer siempre, dedicados al servicio de Dios!

 

 

 

 

 

 

 

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