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Templos Solares Abiertos este Mes

MARZO / ABRIL 

Marzo 20 hasta Abril 19

El gran Ser, cuya radiación y corriente recibiremos desde el Sol durante este período, es la amada Aries. Ella es la Diosa Cósmica de la Sabiduría desde el Sol. Dirige su cualidad dentro de los doce aspectos de la divinidad. Su gran regalo a la humanidad es dirigir la Llama de Sabiduría Cósmica a través de todos nuestros seres, asistiéndonos a transmutar todas las memorias que obstaculicen la plena aceptación de la Iluminación de Dios en nuestras mentes externas y entendimiento. La energía enviada desde la constelación de Aries nos llega a través del Templo Solar de Aries.

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ABRIL / MAYO 

Abril 20 hasta Mayo 21 

El gran Ser, cuya radiación y corriente recibiremos desde el Sol durante este período, es el amado Hércules, Elohim del Primer Rayo. Él es uno de los Constructores de la Forma y ha sido hábilmente descrito como “Un radiante centro de Fe, Fortaleza, Coraje y Poder” Estos son sus dones para los hijos de la Tierra, y nos asiste a manifestar estos Divinos Atributos del Primer Rayo de Dios a través de todos nuestros seres. En este período, su Templo Solar está en perfecta alineación con la constelación de Tauro y dirige la energía y radiación de ésta hacia la Tierra.

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Visualización

Permite que tu propio Santo Ser Crístico te eleve en alas de la Llama de la Resurrección, mientras haces un viaje muy personal hasta el corazón de nuestra propia Llama Triple, para unirte en conciencia con la Presencia del Cristo interior. Visualízate caminando sobre un sendero de luz. En el pasado, este sendero te ha conducido sobre y alrededor de muchos obstáculos menores que habían sido puestos ante ti por el ser inferior, pero ahora te estás aproximando a un gran muro construido con sustancia elemental. 

Al mirar hacia arriba, el muro parece alargarse hasta el cielo, y ni un asidero puede ser visto para ayudarte a trepar sobre él. Mirando hacia la izquierda y la derecha, también se extiende hacia el infinito en ambas direcciones. Comienzas a sentirte desesperanzado y deseas saber si te permitirán pasar. 

Te sientas sobre una roca y comienzas a tener la sensación de que has estado antes aquí, en algún momento del pasado. Todo parece familiar. Con este entendimiento, escuchas una silenciosa, pequeña voz interior, que dice: “¡Sí, verdaderamente! Has estado en este punto muchas veces. ¿No reconoces este muro? Deberías, porque tú lo construiste, bloque por bloque, mediante tu propio miedo y descreimiento. Cada vez que sentías desconfianza, o sospechas de condenación del compañero viajero, colocabas otro bloque sobre el tope del muro, hasta que, a través de la propia ceguera no pudiste ver cómo salvar este obstáculo”. 

Mientras el ser externo comienza a sentirse indigno, la voz es escuchada nuevamente diciendo: “¡No temas, bendito ser, porque YO SOY aquí para abrir la puerta, y así podrás pasar con seguridad hacia el jardín de tu Ser Superior!” 

Al escuchar estas palabras, te levantas, y nuevamente enfrentas el muro. Notas que hay una puerta maciza, cerrada con cadenas de hierro. Estas son las cadenas de la creación humana e instantáneamente sabes qué debes hacer. Requiriendo la asistencia de los Ángeles del Fuego Violeta, diriges poderosas flechas encendidas de Llama Violeta contra la puerta. Al instante, las cadenas se sueltan. 

La puerta se abre y cruzas el umbral hacia el más hermoso jardín que alguna vez hayas visto. Las suaves curvas del sendero pasan por fuentes y canteros de flores, que parecen estar emanando los colores de los Siete Rayos, mezclándose en hermosos matices de madre perla. Te sientas en un banco de mármol y respiras profundamente. Al instante eres saturado y colmado con las divinas cualidades que especialmente necesitas para fortalecerte durante tu propio viaje en el sendero de vida. Durante un momento, continúas inspirando, absorbiendo, expandiendo y proyectando estas cualidades. 

Luego te levantas y sintiéndote totalmente refrescado, continúas en el sendero hasta que ves un templo construido en puro mármol blanco. Al aproximarte miras hacia  adentro y ves un altar sobre el cual arden tres llamas,  rosa,  dorada y  azul. Estas llamas están en perfecto balance, y en el propio centro percibes una dorada figura de luz.  Sin sorprenderte, la voz que habías escuchado antes procede de la dorada figura y dice: “¿No sabes quién YO SOY?  Muchas veces te he conducido a este lugar. Muchas veces te he preparado para entrar y aún esperas afuera, atado a lo que es del mundo del hombre. Con frecuencia escuchas mi voz, y luego te apartas, aún buscando guía en tu ser externo. Sin embargo, cuando vuelves, YO SOY siempre aquí, ofreciéndote lo que he sostenido dentro de mi Llama, porque YO SOY la meta que buscas. YO SOY la realización de tu viaje.” 

Al escuchar estas palabras, entiendes exactamente dónde estás, pero antes de entrar al templo te arrodillas en el primer escalón de mármol y repites las siguientes palabras: “Yo ahora concientemente entro y habito dentro del Corazón de Fuego Sagrado, que es el verdadero centro de mi ser”. 

Subiendo tres escalones entras al templo y caminando hacia las llamas de Amor, Sabiduría y Poder, entras a ellas y te fundes en un abrazo con tu propio Santo Ser Crístico. Centrado dentro del Fuego Sagrado, vuelves a mirar hacia el jardín, y a través de los ojos de tu Santo Ser Crístico, ves al amado Señor Maitreya de pie ante ti. Sus palabras son dichas directamente dentro de tu corazón. 

“Amado ser, tú estás donde toda la humanidad algún día deberá estar, porque cada persona debe encontrar, y volverse uno con su propio Santo Ser Crístico. Luego experimentarán el Reino del Cielo, y entenderán que ya existe dentro del jardín de su propio corazón. Entrar a este santuario no es siempre fácil, pero una vez que has aprendido el camino a través de la puerta de tu ser inferior, siempre puedes retornar, hasta que llegue el momento en que puedas permanecer en esta conciencia para siempre. Sólo tienes que despertar y mirar a través de los ojos de tu propio Santo Ser Crístico. 

Mira el muro que tu ego humano tan laboriosamente construyó alrededor de tu jardín, y verás que no existe más. Fue sólo una de las muchas ilusiones que la personalidad construyó en su rebelión, en contra del Ser Superior. Mi pedido es que permanezcas dentro de este jardín, porque no tiene límites, sólo el de tu coraje y perseverancia.” 

Colmado con la radiación de este gran Ser de Luz, percibes que ha dicho la verdad. Porque cuando miras hacia el perímetro del jardín no encuentras fin a la belleza y magnificencia del panorama que se extiende ante ti. Lentamente comienzas a retornar tu conciencia al santuario físico, prometiendo permanecer en este jardín de Conciencia Crística para siempre.

 

 

 

 

 

 

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