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Meditación

Sintiendo un profundo deseo de entrar al silencio, van a vuestra sala de descanso. Cuando cierran la puerta dejan toda distracción afuera. Sentándose y respirando profundamente invocan vuestro Manto de Luz de Protección. Centrándose ahora en la llama del corazón comienzan a hacer resplandecer el Fuego Violeta de Transmutación a través del cuerpo, la mente, el mundo de sentimientos y las memorias. 

 Al hacerlo una intensa sensación de profundo deseo surge desde el centro de vuestro ser y comienza a subir desde el centro corazón, buscando cumplimentación – así como un poderoso río busca el océano. De repente se dan cuenta que están añorando a vuestros hermanos y hermanas en la Luz – los espíritus guardianes  con quienes han prometido servir antes de tomar encarnación en la Tierra. Tan pronto como este entendimiento llega, vuestra conciencia se eleva suavemente hacia lo alto de la atmósfera sobre la Tierra. 

Desde este ventajoso punto, descubren que pueden moverse más fácilmente en cualquier dirección que deseen. Comienzan a rodear al planeta, observando sus grandes bellezas con una sensación de amor, reverencia y admiración. 

Mientras orbitan la Tierra se unen a otros chelas, algunos de quienes reconocen como vuestros co-servidores en la Luz. Entienden que ellos sienten, y están respondiendo con el mismo anhelo que ustedes. Cuando este conocimiento llega, la Llama Crística dentro de todos los corazones se fusionan en un estallido de Luz y Amor, y como una sola mente y corazón silenciosamente decretan: 

“¡YO SOY Llama, YO SOY Llama, YO SOY Llama! 

¡Mi Luz, Mi vida, toca todo! 

¡Por siempre UNO en el Gran Plan Divino de Vida, 

Mi Luz, Mi Vida, Mi Amor! 

¡Escúchanos, Oh Vida Eterna, mientras hacemos esta llamada para los Espíritus Guardianes que  duermen! ¡Despierten, despierten, despierten! ¡Recuerden la Luz dentro de vuestros corazones y reclamen vuestra Divina Herencia! ¡Así es! ¡Amado YO SOY! 

Mientras el decreto sale ustedes se mueven en todas las direcciones, sobre cada continente e isla, haciendo resplandecer vuestra Luz hacia la Tierra que está debajo. Cuando la Luz desde vuestros centros corazones se proyecta hacia la Tierra, ella aparece como rayos desde grandes reflectores. Actuando como una fuerza magnetizadora, los rayos de Luz registran las ciudades y villas sobre las que pasan, buscando los espíritus guardianes que han caído en el dormitar.

Encontrados por la Luz, aquellos que dormitan ahora despiertan. Mientras lo hacen, un estallido aparece en el corazón de cada uno y la Llama dentro de sus corazones es encendida por vuestro amor y deseo y comienza a elevarse para iluminar sus conciencias, revelando el Divino Plan y propósito por el cual encarnaron. 

Ahora una pequeña estrella brillante aparece sobre la cabeza de cada uno de los despiertos guardianes, señalando las Fuerzas de Luz para venir y asistirlos a recordar plenamente sus promesas, y reafirmar su deseo de servir en la transformación de la Tierra. 

Mientras observan los nuevamente despiertos guardianes, un milagro parece tener lugar ante vuestros ojos. Un ángel del Rayo Azul comienza primero, entrando al aura de cada uno, para proteger las conciencias nuevamente despiertas de cualquier fuerza que no sea de la Luz. Luego un ángel dorado del Segundo Rayo entra al aura de cada uno, para nutrir la Llama de la Iluminación en el corazón. Finalmente, un ángel del Tercer Rayo entra al aura de cada uno,  sellándola en el amor y el confort del Espíritu Santo. Estos benditos ángeles permanecerán dentro del aura de cada Espíritu Guardián que ha despertado, para asistir a balancear la llama del corazón, mientras tiene lugar el proceso de recordar el Divino Plan para la corriente de vida. 

Ahora, un rayo de Luz desde el corazón de cada Guardián que ha despertado se fusiona con los rayos que ustedes y los otros chelas están proyectando a la Tierra. Una tremenda red de Luz, Amor y Poder, rodea de inmediato al planeta, a través del cual todos los chelas y Trabajadores de la Luz tendrán conexión constante con las Fuerzas de la Luz y entre ellos. 

Sabiendo que han verdaderamente servido como chelas de la Luz, trabajando en concordancia con los Maestros Ascendidos, hacen el signo del Corazón, la Cabeza y la Mano a vuestros compañeros y permiten que la conciencia retorne a la ubicación física. Sintiéndose satisfechos y felices, envían un rayo de gratitud a vuestra Divina Presencia por esta oportunidad de servir.

 

 

 

 

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