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Discurso Especial

El Amado Juan

 

Benditos Hijos: 

Mientras miro vuestros brillantes espíritus, mis pensamientos retornan a un momento en el alguien común, pareciendo extraño, nos invitó a mi hermano y a mí a unirnos a él, prometiéndonos el más bien incierto honor de convertirnos en “pescadores de hombres”. Jacobo y yo no ignorábamos nuestro negocio de pesca, porque era nuestro modo de ganarnos la vida y la de nuestro padre antes que nosotros. En nuestro negocio, grandes redes eran arrojadas al lado del bote y cuando las subíamos, la pesca resultante era clasificada en dos grandes categorías – la que era para vender y la que no lo era. La última era devuelta al mar para que hubiese en la siguiente pesca. Realizar este trabajo no era difícil, excepto por el esfuerzo físico involucrado, que era considerable. Convertirse en pescadores de hombres, sin embargo, era una nuevo pensamiento y  estaba completamente más allá de nuestra comprensión en aquel tiempo. ¿Pueden imaginar nuestros pensamientos? Por una parte, dejar de lado el duro trabajo, teníamos un negocio y un estilo de vida a los que estábamos acostumbrados y que nos suministraba nuestra ganancia para vivir. ¡Por otra parte, un hombre joven con brillantes ojos y entusiasta manera estaba a la espera, habiendo hecho su ofrecimiento para conducirnos hacia un futuro totalmente incierto! 

No puedo describir las sensaciones que experimenté y si no fuese por los tremendos lazos forjados a niveles internos del ser, dudo si Jacobo o yo podríamos haber siquiera considerado la propuesta por un momento. Sin embargo, habíamos sido preparados para cumplimentar nuestras partes en la gran visión de la Dispensación Cristiana abierta en ese tiempo, así como ustedes han sido preparados a niveles internos para cumplimentar vuestro Divino Plan en esta Grandiosa Nueva Era. ¡Nosotros sólo teníamos que escuchar a nuestros corazones para saber, sin ninguna duda, qué rumbo seguir! Nuestra tarea requería un cambio radical en el modo que veíamos a nuestra sociedad, y cada fase de nuestras vidas. Nuestro Amado Maestro Jesús nunca permitiría que una sola súplica quedara sin respuesta y nos dejara sin obtener lo que ansiábamos – ya fuese sanación, iluminación, o sólo unas pocas palabras amorosas de bondad y compasión. Él nos enseñó el valor de la vida: ninguno podría ser descartado o pasado por alto a favor del ser de uno o de sus íntimos asociados.  

La vida en aquellos tiempos era difícil y el promedio de las personas estaba forzado a apartar la mirada de muchos de sus compañeros en el esfuerzo para sostener su propia existencia. Con nuestro Amado Maestro, no sólo aprendimos a reconocer el valor de cada corriente de vida sino también ayudarlos a reconocer su propia dignidad de modo que el proceso de sanación pudiera comenzar. Estas son las lecciones que muchos humanos aún tienen que aprender, así esa cooperación entre razas y culturas podrá estar basada en el mutuo entendimiento y compasión por aquellos que no son tan afortunados como uno. 

Esta es la Luz que ustedes llevan como los Faros Luminosos de la Nueva Era. Los senderos sobre los cuales caminan son íntimamente paralelos a los que nosotros hicimos antes que ustedes. Ustedes, también, deben pasar debajo del torrente de luz del escrutinio público, así como nosotros hicimos. Esto, en sí mismo, no es fácil y no es algo con que podamos ayudarlos, excepto envolverlos en nuestro amor y entendimiento. 

El trabajo grupal que están haciendo es una de las partes más importantes de vuestro entrenamiento, porque, así aprenderán a cooperar unos con otros, ustedes también ganarán una gran meditad de propia maestría a través del dominio de vuestros propios egos personales. “YO SOY” llamado Juan, el Amado, debido a la total consagración de mis energías a las del Maestro Jesús. Todo en mí reconocía y respondía al Cristo que estaba tan plenamente expresado en y a través de Él. Debido a ese Amor, no había nada que Él me pidiera que yo no pudiese hacer. 

A través de mi amor por el Cristo en Él, Yo llegué a conocer el Cristo dentro de mí mismo. El total rendimiento al propio Cristo interno es absolutamente necesario para completar vuestro Divino Plan, así como también el de todas las evoluciones en el planeta Tierra. ¡Una vez que hayan verdaderamente dominado este paso de total sumisión ante vuestro Cristo interno, será fácil saber que el Cristo vive en los corazones de todos! El Depósito Universal de Todo Bien será instantáneamente abierto a aquellos que actúan de forma que beneficie a cualquier parte de vida cuando esté basado en este reconocimiento y admisión. 

Mi energía y la de toda la Jerarquía Espiritual están dedicadas a guiarlos en vuestro pedido para liberar el planeta Tierra de los lazos de oscuridad. Trabajen con nosotros y – más importante – trabajen con aquellos que contacten en las actividades diarias. 

Les digo que los amo – a cada uno – con la misma intensidad del Amor que le di al Maestro Jesús hace tanto tiempo. Así como la Amada Madre se convirtió en Madre de todos ustedes a través de su amor por Jesús, así “YO SOY” el Hermano y el Amigo de todos ustedes debido a mi amor por Él. ¡En el nombre de ese Sagrado Amor Yo ahora otorgo esa bendición sobre cada uno de ustedes, pidiéndoles que expresen vuestro gozo de Servicio EXPANDIENDO esa bendición de Amor a toda vida que encuentren en vuestro Sendero a la Maestría! 

¡Yo saludo la Luz del Cristo dentro de vuestros Corazones! 

YO SOY Juan

 

 

 

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