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Perdón– Una Gracia Sanadora
Perdón, conciencia, deseo y amor son actividades de los sentimientos de la humanidad. A través de esta gracia, nosotros liberamos las reprimidas rebeliones, resentimientos, tensiones y auto–justificaciones así también como las propias condenaciones que crean la mayor parte de las enfermedades de mente y cuerpo. El perdón reemplaza a éstas por el constructivo sentimiento de comprensivo amor y tolerante bondad. Una conciente sanación del alma tiene lugar cuando el individuo se eleva en la dignidad de su propio conocimiento, de que el poder del perdón yace dentro del corazón y prosigue para generar un sentimiento de perdón amoroso hacia cada persona, lugar, condición y cosa que, conocida o desconocida, lo ha hecho errar. Algunas veces toma un poco de tiempo querer perdonar un acto aparentemente injusto. El alma más bien disfruta fomentando los rencores y las heridas y construye una coraza de recelo, viviendo en una constante repetición de sus errores y los de los demás. Así, es invocada más allá del plano de la imaginación la repetición del error original que vive y corroe todo su vivir, la propia paz de mente y corazón, la propia fuerza y vitalidad del cuerpo que todo individuo busca.
El Padre Nuestro es una declaración de una muy provocante declaración de pensamiento en la invocación al Padre de todos a “perdonar nuestras ofensas como (en la misma medida) nosotros perdonamos a aquellos que nos han ofendido”. Estamos pidiendo que el Señor de Vida nos trate como nosotros tratamos a nuestro prójimo. A fin de recibir la más plena bendición de la gracia del perdón para nosotros mismos, debemos querer y realmente disfrutar perdonando la vida que ha parecido hacernos equivocar. Debemos estar tan deseosos de perdonarnos como lo estamos para perdonar a otros. Las culpas complejas, las obsesiones enterradas en las mentes subconscientes de todo lo que irrumpe como enfermedad de mente y cuerpo, son debidas a la falta de perdón del alma por ciertas imaginadas o verdaderas transgresiones de la Ley de Vida.
Esto no significa que debamos ser negligentes en nuestro ejercicio de personal vigilancia sobre las transgresiones. Significa, sin embargo, que debiéramos estar deseando invocar la gracia de Dios a través de aquellos errores que ya han sido hechos y volver nuestros rostros hacia cada nuevo día, sin las trabas de los errores de los días y años que han pasado.
Cuando un maestro se encarga de transmitir ciertos hechos a los estudiantes bajo su supervisión, no continúa recordándoles sus anteriores errores cuando los estudiantes han aprendido el principio y no hacen más aquellos errores. ¿Por qué entonces debería un Todo Sabio Ser Supremo volverse al principio de castigo cuando el hijo ha aprendido la lección y no crea más las causas que han manifestado las enfermedades que aparecen en la pantalla de vida? Cada individuo puede y debe hacer borrón y cuenta nueva y escribir de nuevo. La cualidad de perdón es el modo y medio de quitar los errores del pasado y mantener el propio mundo de uno en paz, de modo que la gracia de Dios pueda entrar.
Cada atardecer, en un período de retrospección, miren hacia atrás a través de vuestro día y concientemente traten de perdonar con sinceridad todos los errores hechos por vuestro ser y por los demás. Vayan a dormir en paz con el mundo, vuestro prójimo y Dios. Entonces ustedes se levantarán frescos en mente y cuerpo, capaces de proseguir.
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Perdón
Perdón es el Corazón del Amor
Olvido de cada falta
Por cada error hecho
Hay una canción sanadora.
Porque Dios es infinito en paciencia
En gracia y misericordia divina
Ofreciendo paz mediante la Llama de Misericordia
De cuerpo, alma y mente.
¡YO SOY, el Más Sagrado Nombre de Dios!
A tu Presencia llena de gracia llamamos
Libera la Llama de Misericordia
Que acerca la redención de todos nosotros.
No hay ofensa tan grande a ser absuelta
No hay necesidad tan vasta o tan pequeña
Las Llamas de Misericordia de Dios deleitan
Es responder la llamada
Cambiar toda discordia en paz
Disolver cada sombra sojuzgada
La Luz de Dios que es eterna
Está ansiosamente anticipando ser llamada.
Para purificar, disolver y elevar
Toda sustancia y registros de falta
¡OH permítanle flamear – permanecer siempre!
Expandiendo la Luz de Dios en el interior!