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Viajar en Conciencia

La conciencia es nuestro propio pensamiento y sentimiento, que habita dentro de los cuerpos que Dios y el reino elemental han provisto para nosotros. Cada experiencia que hemos añadido a la suma total de Sabiduría o tontería forma nuestra conciencia individual distintiva. 

En los años entre la infancia y la madurez, cada individuo- mediante la elección y las circunstancias, le añade y cambia su conciencia para mejor o para peor. Nosotros podemos experimentar ambos, terror y éxtasis, sin usar el medio del cuerpo físico, porque todos hemos conocido las alegrías de los sueños felices y los horrores de las pesadillas. En los campos del drama, de la literatura y el arte, el hombre ha aprendido a liberar su conciencia del prosaico entorno de donde vio esta “fantasía”.  

La conciencia perdura más allá de la disolución del cuerpo físico en el momento de la así llamada muerte a través de la vida intermedia y retorna como la herencia personal de la corriente de vida reencarnada formando la fundación de su nueva experiencia de vida. Por tanto, más rica y perceptiva sea nuestra conciencia individual, más rápido será nuestro crecimiento en ésta y sucesivas vidas. 

Cuando le pedimos al gentil lector que viaje en conciencia, sólo estamos animándolo a usar las mismas facultades por las cuales él se transfiere temporaria mente a sí mismo dentro del mundo del dramaturgo, el poeta, o el maestro de literatura. Una buena fórmula para tal viaje está diseñada aquí. 

1) Determinen donde quieren ir. Nutran la mente externa por medio de lecturas acerca del lugar y contemplen la esfera o ubicación que será vuestra meta, hasta que puedan cerrar los ojos e imaginar vuestro objetivo. La Presencia de Dios y los mensajeros cósmicos son vuestras cartas de navegación. Vuestra mente es como la vela de un bote. 

2) Deseen, a través de vuestros sentimientos, alcanzar vuestro destino. Vuestro mundo de sentimientos es similar al viento en las velas. Usen también vuestros sentimientos para generar alegría y anticipación por vuestro viaje. 

3) Relájense y permitan que Dios haga el trabajo a través de ustedes. Cuando van a sentarse ante el fuego con un buen libro, anticipan un tiempo de relajación. En la misma forma si estuvieran por asistir a la ópera o al teatro, le dan la bienvenida a esta oportunidad para liberar las concientes o inconscientes tensiones del mundo del Trabajo diario. Los viajes y ejercicios espirituales podrían también ser un modo de relajación y regocijo y no entrar a ellos con la tensión mental, la limitación y el acompañamiento incierto de vuestra habilidad para hacer el viaje o retener los         beneficios recibidos. Estén seguros que el ochenta por ciento de vuestros beneficios son para el alma en desarrollo, y la retención mental de vuestra experiencia llegará con el tiempo. 

4) Utilicen los resultados de vuestra experiencia en el diario vivir. Observar una visión, aspirar el perfume de una rosa, contemplar y reconocer una verdad es      recomendable, ¡pero traducir la visión y la verdad en acción es servir al Propósito de Dios! También el balance que retornan a la vida por cada expansión de conciencia determina cuánto recibirán en vuestra próxima visita a la Fuente Cósmica. 

 

 

 

 

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